Son los últimos en incorporarse al consumo; aunque la mayor parte de ellos no gozan de autonomía, sí que ejercen una poderosa influencia en las decisiones de compra familiares.
Como generación aún están perfilando sus rasgos. Nacieron con el chip tecnológico incorporado: son capaces de manejar distintos dispositivos simultáneamente, lo que hace que tiendan a dispersar su atención con facilidad.
Esa propensión tecnológica les lleva a establecer sus círculos de relación principalmente a través de las redes sociales y a no tener facilidad de relacionarse directamente.
Como corresponde a su edad, son émulos de sí mismos y, por tanto, malquistas e influenciables, aunque a la vez muestran conductas individualistas.
Las marcas deberán estudiar con atención estos perfiles y estar muy atentas a su evolución si quieren hacerse sitio en su imaginario. Con el informe elaborado por insightLAB dispondrán de una herramienta que les será de gran utilidad en esta tarea.